Argentina venció a México por marcador de 3-1 en un partido que al igual que el de Alemania e Inglaterra se vio manchado por fallos arbitrales. El primer gol de Argentina fue un claro fuera de juego que no fue visto por el árbitro de línea.
Los mexicanos salieron a proponer el partido desde que empezó con las ocasiones más claras de gol. Carlos Salcido estrelló un balón en el larguero al 8’ y Andrés Guardado rozó el palo derecho de Romero al siguiente.
Los avisos de México mostraban que Argentina tendría un rival complicado capaz de hacerle frente pero las cosas se fueron nivelando hasta que Lionel Messi comenzó a aparecer para inclinar la balanza a favor de Argentina.
El rosarino estuvo en el origen del primer tanto, gracias a una asistencia a Tévez, que se estrelló con Pérez. El balón rebotado le quedo a Messi, que intento hacer una vaselina pero que cabeceo Tévez para poner el 1-0.
En fuera de juego el atacante del Manchester City envió el balón a la red. El asistente no levantó la bandera y el árbitro concedió el tanto. La repetición en las pantallas gigantes del estadio sembró la duda en el asistente, que avisó al árbitro de su posible error, pero el italiano Roberto Rosetti no cambió su decisión y el tanto subió al marcador.
Las protestas y verse abajo en el marcador sacaron a México del partido. Rafa Márquez recibió una amarilla y el equipo, hasta ese momento bien plantado en el campo, se desdibujó.
Fruto del desconcierto mexicano llegó el 2-0, nacido de un error de Osorio, que dejó el balón a Higuaín, que esquivó con calidad a Oscar Pérez y marcó su cuarto tanto en el Mundial, lo que lo pone como máximo goleador del torneo con cuatro (4).
La salida de Pablo Barrera por Adolfo Bautista en el descanso dio más profundidad al "Tri", que abrió el campo por la banda izquierda y dió trabajo a la defensa albiceleste. Pero México siguió adoleciendo de falta puntería y, cuando parecía que podía poner en peligro a la defensa argentina se encontró con un cañonazo de Tévez desde fuera del área, que puso el marcador 3-0.
El partido estaba sentenciado y Argentina se dedicó a contemporizar mientras México agonizaba en su propia impotencia. Luego Javier "Chicharito" Hernández, en una jugada de fuerza y talento puso el definitivo 3-1.
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